El consumo irresponsable es el motivo por el cual tantas familias mexicanas estén endeudadas o en el buró de crédito. No permitas que esto te suceda a ti, no dejes que se entrometan en el camino para cumplir tus sueños.
Esta época es difícil para la economía familiar. Entre los regalos navideños, la cena y las vacaciones nuestro bolsillo y nuestras tarjetas de crédito sufren porque además no hemos dejado de pagar todas las deudas que adquirimos en el pasado.
Lo ideal es que no destines más del 30% de tu ingreso para el pago de tus deudas mensuales. Si la mitad de tu ingreso o más se va hacia estos pagos no queda suficiente para las necesidades básicas y recreativas que son importantes para que tú y tu familia se desarrollen de manera plena. Aquí te decimos cómo salir de deudas y con ello dejar atrás tus preocupaciones:
La capacidad de pago se calcula comparando tus ingresos con tus gastos mensuales. Anota cuánto dinero gastas al mes en pagos fijos (renta, créditos, servicios, etc), y por una semana día a día anota el dinero que desembolses en comida, transporte y cualquier otro gasto que se te atraviese en el camino.
Después de estos 7 días tendrás un promedio semanal de tus gastos en rubros como entretenimiento, comestibles, productos como cigarros o farmacia, etcétera. Así te darás cuenta de cosas como el "gasto hormiga", que al final del mes resulta en una cantidad importante y podrás decidir qué gastos no valen la pena. Recuerda que quizá debas cambiar algunos hábitos, pero todo es por tu tranquilidad y la seguridad de tu familia.
Pon en una misma tabla lo que debes y cuánto tiempo te falta para pagarlo, así cómo las tasas de interés. Esto te dará la oportunidad de identificar qué deuda es la más importante y sobre cuál deberías enfocarte en el futuro próximo. En temas financieros, la planeación será tu mejor aliada.
Haz una lista ordenada con base en tus prioridades y las dificultades que vienen con cada una de las deudas. Haz un análisis exhaustivo y elige cuál quieres pagar primero, cuál después y así poco a poco podrás liquidarlas todas.
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Olvídate de las tarjetas de crédito, sobre todo de las que no tienen límite. En este momento te enfocarás en quitarte problemas de encima, por lo que tener la tentación de gastar más es contraproducente. Córtalas por la mitad o guárdalas en algún lugar y no las saques de ahí hasta que hayas controlado tus finanzas.
Ten alguna tarjeta solo para casos de emergencia, pero no salgas con ella, mejor opta por una tarjeta de débito que te permitirá gastar solo lo que tienes.
Haz un presupuesto de cuánto dinero necesitarías para salir de todas tus deudas. Divide esa cantidad entre el número de meses o quincenas que desees liquidarlas (considera tus gastos mensuales imprescindibles) y pregúntate si recortando gastos prescindibles o extras al mes puedes alcanzar tu meta.
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Recuerda comenzar por las deudas más importantes o las que generen mayor interés. Deja al último las deudas cuya tasa de interés sea baja o puedan esperar un poco más. No dudes también en buscar ingresos extra haciendo algo en tus tiempos libres que pueda ayudarte a liquidar. Ten en mente que el esfuerzo que estás realizando ahorita tendrá muchas ventajas y el resultado será tan rápido cómo tu lo quieras.
Empieza con la tasa que tenga mayor interés o la deuda cuyo plazo sea menor al de todas las demás. Paga el mínimo y si te es posible, un poco más. Ve poco a poco, una deuda a la vez para que no sientas que el proceso es muy abrumante. Mientras vayas saldando cuentas de créditos como tarjetas departamentales llama a la empresa y cancélalas.
Conforme vayas liquidando estas deudas puedes volver a hacer presupuestos y planes de ahorro que se vayan adecuando a tu situación actual.
Recuerda que la paciencia para gastar dinero mes con mes es la que te llevó a esta situación. Tienes que tener mucha paciencia también para salir de ella, pero sumándole esfuerzo y ganas de ver tus sueños cumplidos te será muy fácil dormir tranquilamente por las noches sin deudas. Una vez que estés libre de deudas recuerda que podrás solicitar créditos para invertir en cosas que realmente valgan la pena, como tu primera casa o un automóvil.
Si crees que es muy complicado para ti hacer toda esta planeación no dudes en pedir ayuda a tus familiares, amigos, conocidos o incluso ayuda profesional como una asesoría financiera. Valdrá la pena al final, confía en nosotros. No existe mejor sentimiento que el de salir de deudas.