Una de las decisiones más difíciles en nuestra vida es cambiarnos de casa. Dejar todo lo que conocemos y embarcarnos en el proceso de elegir nuestra nueva casa nos llena de ansiedad y miedos a lo desconocido.
Esto no tiene que ser así, las ventajas de cambiarte de casa (y hasta de ciudad) son muchas. Los cambios siempre son buenos, nos permiten reevaluar nuestras vidas e identificar las situaciones y circunstancias que no nos ayudan a crecer ni a nosotros ni a nuestras familias. Si lo que buscas es aumentar tu nivel de calidad de vida y deshacerte de todo lo que ya no necesitas, una mudanza es tu mejor opción.
Deja de rentar y empieza a construir tu patrimonio
¿Qué te parece si dejas de invertir dinero en algo que no es ni será tuyo? Entre los servicios, reparaciones, impuestos y cuotas que el dueño incluya en la renta de un inmueble se reúne una cantidad de dinero impresionante (si no me crees haz la cuenta) que podrías estar usando para pagar tu propia casa o comprar muebles para la misma.
Además, una casa siempre es una buena inversión si está ubicada en una zona con plusvalía. Rentar está bien mientras ahorras para un enganche o esperas algún crédito hipotecario, pero a lo largo de los años resulta en dinero tirado prácticamente a la basura. Comprar tu casa propia es mucho más fácil de lo que piensas.
Ordena aquello que has evitado por meses
¿Qué mejor oportunidad de revisar ese pequeño clóset en el que van todas las cosas que no tienen lugar? Mudarte te da la oportunidad de hacer una revisión exhaustiva de todos esos rincones de tu casa que no has querido explorar porque no sabes dónde empieza lo útil y termina lo que está listo para el basurero.
Una mudanza te obliga a revisar artículo por artículo para que puedas deshacerte de todo lo que ya no te sirve; además de ser una actividad emotiva que pueden hacer en familia, es una actividad de liberación y aceptación de nuevos cambios.
La estabilidad y libertad que tu familia merece
El proceso de mudarte de casa una y otra vez es muy estresante para ti y tu familia. Una casa propia les da la seguridad de que nadie les pedirá la casa o les aumentará la renta, además de que tienes la libertad completa de modificar y remodelar tu hogar a tu gusto. Si quieres pintar las paredes hoy de amarillo y mañana de azul no importa, o quizá quieras construir un cuarto más en el piso de arriba. Reparaciones y modificaciones serán para tu beneficio y el de tu familia, no para los bolsillos de alguien más. Además, tus hijos tendrán una casa propia que harán suya y llenarán de recuerdos.
Una oportunidad de cambiar otras cosas
El hecho de llegar a una nueva casa y volver a acomodar nuestros muebles o incluso estrenar otros, nos prepara psicológicamente para nuevas etapas y cambios en nuestras vidas. Una mudanza es la época ideal para también comenzar a mirar nuestras metas y sueños y todo lo que estamos haciendo por lograrlas. Las rutinas de siempre se sienten nuevas, ya que estás en un nuevo entorno y el proceso de adaptación a tu nueva casa es siempre una aventura para tu familia.
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Tu reputación crediticia se ve fortalecida
El pago puntual de tu crédito hipotecario es la mejor carta financiera de presentación que tendrás. Ser responsable con una deuda tan importante cómo lo es una casa no solo asegura tu patrimonio y el de tu familia si no que te abre las puertas a muchos otros créditos que puedes utilizar para ampliar o modificar tu casa, irte de vacaciones o comprar un automóvil. Esforzándote un poco más incluso podrías comprar otra casa para tus hijos o para que sea un ingreso extra de dinero, o sea, como inversión ;)
Recuerda que cambiarse de casa nos puede dar miedo pero considera que también conlleva mucho crecimiento y desarrollo personal y familiar. La oportunidad de tener tu casa propia te brinda tranquilidad y te da la oportunidad de comenzar de nuevo y reevaluar hacia donde se dirige tu vida con tu familia.
