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¿Cómo convertir tu casa en oficina y hacer mejor home office?

Atrás quedó la casa como ese lugar al que solíamos llegar a dormir unas cuantas horas, mientras que el resto del día lo pasábamos afuera, sentados en una oficina durante una jornada extenuante. Ni qué decir del estresante tráfico y el desayuno a medias con los niños camino a la escuela. Ahora la casa es, por fin, una casa.

La vivienda cobró más importancia desde aquel marzo de 2020 cuando todos fuimos mandados a hacer home office y tomar clases en línea desde nuestras casas. Hoy tras un año de la pandemia y trabajo remoto notamos que contar con un inmueble que nos asegure comodidad y privacidad no es un asunto que deba tomarse tan a la ligera en el futuro inmediato.

Entendemos mejor que quienes adquirieron una casa con habitaciones espaciosas y bien iluminadas, un lindo jardín, rodeada de áreas verdes, cercana a hospitales, supermercados y otros servicios básicos, lo están pasando mejor que aquellos que no vieron tanto la importancia de invertir en su hogar. 

Pero no solo eso, también ahora sabemos que para implementar un buen home office es necesario hacer una división clara entre las áreas de la casa en las que laboramos y las que descansamos o dedicamos a otras actividades como la cocina o jardinería, pues de ello depende lograr una buena eficiencia laboral y sacar al máximo nuestra productividad en la realización de tareas.

Por eso, en este blog vamos a darte 3 tips para que puedas hacer de tu casa ese lugar soñado por todo teletrabajador.

 

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1. Cuenta con un espacio equipado y diferente de los otros

Nunca será lo mismo trabajar en un escritorio que en la mesa de la cocina o el sofá de la sala. Olvídate de la cama, ni pensarlo siquiera. Para que tu casa cuente con el mejor espacio para hacer home office, debes tener una habitación acondicionada en la que puedas realizar las mismas tareas que harías en su mayoría dentro de una oficina.

Asegúrate de contar con un escritorio, una silla de diseño ergonómico, una buena iluminación en la habitación, ventanas cercanas y un poco de naturaleza junto al monitor de la computadora, por ejemplo, una pequeña pero linda suculenta o una planta teléfono que pueda llenar de vida las paredes de tu oficina hogareña.

Por supuesto, debes tener un buen servicio de internet y equipo de computación con bocinas y un micrófono para atender lo mejor posible todas las videollamadas con otros colaboradores de la empresa o la escuela en la que laboras.

2. Establece normas con los demás habitantes de la casa


Cuando estamos haciendo home office,  debido a lo novedoso de esta modalidad en nuestro país, tal vez a algunas personas les podría quedar poco claro que se trata del mismo trabajo serio e igual de comprometido que se realiza en la oficina. Por lo que quizá los espacios y ciertas horas del día entre reuniones remotas no sean respetadas lo suficiente. 

Es importante dar solución a esta situación y qué mejor que hacerlo mediante una división clara de los espacios de la casa. Establecer normas de convivencia respecto a cómo comportarse en ciertos cuartos en determinados horarios, puede eficientizar el trabajo y evitarnos momentos bochornosos e incómodos. Además de discusiones entre miembros de la familia. 

Hay que prevenir a toda costa las intromisiones que nos lleven a distraernos e impedir que sigamos nuestra jornada laboral. Sin duda, ahora más que nunca entendemos que invertir en una casa con características que nos faciliten la convivencia con los nuestros es lo mejor a largo plazo.

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3. Personaliza tu lugar de trabajo


Algo con lo que no contábamos antes era la oportunidad de acondicionar y dejar de manera muy personalizada el espacio donde trabajamos. Teníamos que buscar la motivación y rastrear toda inspiración entre el típico mobiliario genérico de una oficina y a menudo paredes de colores neutros rodeándonos.

Hoy es posible elegir el sillón que queremos, las tonalidades de las paredes según nuestros gustos y un escritorio a la medida para echar a andar el home office.

El home office y otras actividades en línea representan una buena oportunidad para trabajar de manera más cómoda y flexible en un espacio al que antes poco le sacábamos provecho como es el de nuestra casa.

Más de un teletrabajador estará de acuerdo en que la vivienda era solo un inmueble al que llegábamos a comer y dormir, mientras que la oficina era nuestro hábitat rutinario. Garantizar una casa confortable, segura y llena de privacidad nos coloca un paso adelante en una modalidad de trabajo que llegó para quedarse. No lo pienses más, deja las improvisaciones y vuelve ese cuarto un espacio soñado de home office.

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